sábado, 4 de septiembre de 2010

El Paso de las Olominas





















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ÍNDICE


I PARTE                                                                                          


VOY CAMINO A LA ESCUELA……………………………………
Voy camino a la escuela
Zapatos de luz
Mi ropa luce nueva
Día de la Madre
15 de setiembre
El 15 de mayo
El baile del turno
La Anexión
Hoy es domingo
Mi Primera Comunión
La Semana Santa
Ramón
Un angelito
¿Por qué?
Juaniquillo
Juan Chupamocos
La cara como caimito
Felipe
Felipón
Hay una chiquilla
Otras chiquillas
Los novios
Se terminaron las clases


II PARTE
EN LA FINCA AZUL ………………………………………………..
El sol se anuncia
En la finca de trillos
Siento que el aire arde
En el patio
A las doce de la noche
La más rica
Entre horquetas
Con brazos de charral
Dos abejones
De culo amarillo
Basta de fiesta
Vengo de la pulpería
Corredores volados
La bestia
De cascarilla suave
Mis pies son camino en la hierba
Limonero
Doña Ramona
La rama lo sostenía dulcemente
Mi madre destapa la olla
Se había ido
Pillita
El palo de mocos
Bananal
Avispas guitarrón
La yegua grande
Aromas de bizcocho
La troja
Tamales de chanchoSecretos del potrero
Pelo de gato
El abejón ruedacaca
¡Vaca! ¡Vaca!
¡Cu! ¡Cu! ¡Cu!¡Cu!
Estrofas en do mayor
La iguana verde
Elotes
El palo de muñeco
La máquina de moler maíz
Siete Jupas
Zompopas
El comegallinas del patio
Piel de lagarto
Las mulas del diablo
El mango



III PARTE
GOTAS EN LOS RAYOS DEL SOL………………………………...
Caen gotas
Aquí voy
Soy un cogedor de café
Pasos cortos
Comején
Llueve
Temporal
Goteras
Polilla
El caragra y la carbonera
La poza azul
El paso de las olominas
La canícula
Las pintas
La creciente
La menguante
Cordonazos de San Francisco
El higuerón


IV PARTE
VERANO EN EL CENIT……………………………………………...

V PARTE
MIS HERMANAS TAMBIÉN SABEN HISTORIAS…………… 

VI PARTE
MÀS ALLÀ DE LA CÚSPIDE DEL CERRO …………..…… ……..

VII PARTE
BUSCANDO UN VERSO……………………………………………...

VIII PARTE
GLOSARIO……………………………………………………………..


IX PARTE
BIOGRAFÍA…………………………………………………………….


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I Parte





Voy camino a la  escuela



















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VOY CAMINO A LA  ESCUELA





El camino de la escuela me persigue y continúa
lloviendo. La calle está llena de barro y siento pegados mis
pies a él. Trato de sacarlos jalándolos con fuerza pero el
charco no me deja salir de allí.

¡Bandido ¡, le dije, ¡verdad que quieres jugar
conmigo! Entonces sigo las zanjitas que hicieron las
ruedas de carreta, largas y angostas como la cuesta que
tengo que trepar para ir a la escuela. Las sigo y, de vez en
cuando, formo pozos de aguachocolate que me invitan con
sus versos a ir hasta la quebrada donde se bañan los chanchos.

¡Qué lindo es jugar con esos chorritos y hacer presas
y luego soltarlas para que vayan arrastrando tucos y
piedras sin darme cuenta de que… ¡mamita!, ¡los cuadernos
se mojaron!, y …!uy!, ¡se me hizo tarde!

Estoy en Segundo Grado: el año pasado era oyente,
pero aprendí a leer y escribir y la Niña me dio el Primer
Grado ganado. Por eso quiero mucho a la Niña.

Siento que las vacaciones se fueron rápidas; ya
estoy otra vez en la escuela.

De aquí veo a las maestras que nos esperan y el
alboroto que hacen mis compañeros es como si fueran
chicharras veraniegas agarradas al maderonegro, cantando
y cantando, en medio de chorros de orines, interminables
lluvias de gotas, ruidos y polvo, Y …¿ qué será lo que pelean
mis compañeros? ¡Claro!, ¡ya entendí!; ¡se pelean los
pupitres nuevos!


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Mi tajador es negro y raspa como si ayer lo hubiera
comprado. Además, Beto me regaló un libro de cuentos
lleno de colores y cielos.

     En mi bulto va el Cuaderno de Vida  de doscientas
hojas que me dio mi madre al empezar las clases.          
   








CRÍTICA LITERARIA

Autor: Eric Conde

Crítica Literaria sobre el libro:
"El Paso de las Olominas",

de Marcos Valverde,

Editorial: KAMUK, 2001.

LA ESTRUCTURA:

Estamos en presencia de un libro dirigido al lector infantil, ilustrado por los propios niños. La obra cabalga entre dos rieles: La novela infanto-juvenil por un lado y la lírica del otro, tomando elementos de ambos y produciendo en consecuencia una obra decorosa en esta cuerda de la literatura infantil costarricense.
Normalmente leemos una novela por la revelación de los persona-
jes, el personaje es la piedra angular de la novela, sin embargo, en
este caso particularísimo y también por la presencia del lirismo y el simbolismo implícito en la obra, consciente o inconscientemente, se lee esta historia por la revelación de la naturaleza viva que la habita y la determina, el autor nos dice más desde el espacio-ambiente, que desde el narrador niño, ¿por qué lo hace así?, (perdón por la frase)_ porque le da la gana. Decir de una manera diferente implica originalidad, y en este sentido las reglas son flexibles.
"EL paso de las Olominas", no tiene estructurados los capítulos dentro de los parámetros de la novela infantil tradicional, algunos son simples viñetas o poemas auténticos, concebidos como tal, no existe una regla que prohíba esto, por lo menos en estos tiempos, donde abunda la fusión de estilos y los géneros, sin embargo, el libro preserva la numerosa diversidad de la vida y mantiene el nece¬sario trasfondo social.

Las principales novelas infanto-juveniles que abor¬dan estos temas de la vida campesina con pretensiones líricas y que me vienen a la memoria son: "Allá lejos y hace tiempo", de Gui¬llermo Enrique Hudson, (un clásico de la literatura infantil argen¬tina), "Platero y Yo", del español Juan Ramón Jiménez y "Mulita Ma¬yor", del costarricense Carlos Luis Sáenz.
En cuanto a los temas y el lirismo del lenguaje, Marcos sigue la línea de los autores citados, sin embargo no estructura las histo¬rias como los clásicos de la literatura infantil sino que propone una serie de flashazos, como una cámara que hace ciertas tomas aquí y allá, buscando la proyección artística de cada cuadro y es el lec¬tor quien debe ir ordenando las secuencias según su personal estima¬tiva, propuesta totalmente válida.

EL NARRADOR PROTAGONISTA:

Estamos ante un narrador protagonista que ubica los confines de su ficción dentro de los confines de su
existencia, desde una perspectiva lírica decorosa y plural que permite la reinterpretación del texto desde diferentes ángulos. Aunque a primera vista pareciera que el protagonista es el narrador niño, si profundizamos un poco nos percatamos que el prota¬gonista por excelencia es el entorno rural, el campo, el sol, el aire, el río, las olominas y las zompopas; la vida que reverbera con sus momentos alegres o tristes.
No podemos buscar en este libro una trama humana palpable porque su lenguaje es el del bosque y su trama es la tragedia y la supervi¬vencia de los seres que lo habitan: los abejones que pierden su casa y deben halar palitos como si fueran bueyes, el cerdo que muere de una tremenda puñalada, el sapo que abraza a la sapa, el niño que te¬nía cara de frijol, el que le gustaba pelear y el que se muere, el palo de muñeco de las ramas que se doblan y la orquídea preciosa y extraña que se cuelga del maderonegro.
Es un libro destinado a los niños y a los poetas y sólo podrá ser entendido y disfrutado por quien tenga una cualidad imaginativa muy aguzada, para quienes tengan la capacidad de escuchar "... el tamborileo de la bestia zonta que corre por la montaña" (p.33)

EL PUNTO DE VISTA ESPACIAL:

Se llama Punto de Vista Espacial a la relación que existe en to¬da novela entre el espacio que ocupa el narrador en relación con el
espacio narrado, en tanto el narrador se determina por la persona gramatical desde la que se narra.
En "El paso de las olominas", estamos ante un narrador personaje que narra desde la primera persona gramatical, punto de vista en el que el espacio del narrador y el espacio narrado se confunden.
Desde esta perspectiva el autor dispone de un margen ancho de innovaciones y matizaciones para contar su historia, aquí entra la originalidad y la libertad de cada escritor. A menudo en algunos tex-tos novelísticos el narrador protagonista le sede la palabra a otros personajes de la historia, lo diferente en éste libro y lo auténtico está en que la palabra se le sede al medio ambiente, y és¬te entorno natural, autóctono y vital a menudo le enmienda la plana al narrador protagonista.
El narrador niño va pasando por toda la geografía de la finca estableciendo una perspectiva itinerante y plural que se enriquece con el espacio narrado, esas mudas resultan invisibles al lector, atrapado por la curiosidad que despierta en él la historia.


EL NIVEL DE LA REALIDAD

A decir de Vargas Llosa "Desde un punto de vista teórico, la realidad puede dividirse y subdividirse en una multitud inconmensurable de planos, y por lo mismo, da lugar en la realidad novelesca a infinitos puntos de vista", (p.9)
Los planos más claramente autónomos y adversarios que pueden darse en una novela son los de un mundo real y un mundo fantástico.
La noción de lo fantástico comprende una multitud de escalones diferentes: lo mágico, lo milagroso, lo legendario, lo mítico, etcétera.

EL MUNDO FANTÁSTICO EN “El PASO DE LAS OLOMINAS”.
LO MÍTICO:

Estos son algunos ejemplos donde se pone de manifiesto el espacio mítico:
“otras veces se convierte en una señora sin cabeza, que atraviesa las cercas sin agacharse y cuando uno se queda viéndola, desaparece”,
(p.104)
“Esta señora a veces anda con un señor que flota en el aire y que sale a caminar a media noche, todos los martes de la primera semana de cada mes. Y se le nota las manos totalmente pálidas y los ojos tiesos”, (p.104)
“Cuando la noche está bien oscura, hay huecos que no se pueden ver. Y de la cueva más profunda y más oscura, en la llamada Vuelta de María Burra, camino a Pedregoso, sale una voz quejumbrosa que asusta”, (p.104)

“Al oír esta voz, me tiemblan las piernas, mi mente queda fija
y siento un frío como de hielo. Es el roce de la mano peluda en mi brazo”. p.104)
"El potrero tiene un higuerón alto, tan alto como los cerros. Es el lugar de reunión de las brujas vagabundas que en las noches de luna llena, siendo martes o viernes, hacen una bulla que da miedo."
(p.105)
"Las brujas se montan en las bestias para echar galopes, oyéndose toda la noche los cascos percutir en el suelo, (p.105)

LO MÁGICO:

"Toda la casa está embrujada... De pronto empiezo a ver una luz grande, como una bola que se va levantando poco a poco del suelo y siento un escalofrío en mi espinazo" (p.103)
"La luz continúa por la montaña, allá por las tumbas de los in¬dios. Luego se queda quieta y al instante vira como haciéndome señas para llamar mi atención" (p.103)

LO MILAGROSO:

"Había un señor que la cabeza se le fue haciendo cada vez más grande. Por eso le pusieron Siete Jupas" (p.62)
"Su cabeza parecía a la de un saíno grandote y fue adquiriendo el olor de la manteca de chancho. Se decía que era la maldición de los cerdos que mataba día a día"(p.62)


LO LEGENDARIO:

"La casa está oscura, sólo algunos rayos de la luna penetran".
"El zaguán está desierto y el corredor pareciera em¬brujado".
"Vuelvo a ver hacia afuera y contemplo el potrero inundado de espantos. Las lucecitas que prenden y apagan
como un maravilloso juego de pólvora, son ánimas

errantes, (p.101)
Al rato empezamos a oír un grito desconsolado como un quejido triste y dulce a la vez, lejano, allá por la montaña. Entonces, asus¬tados nos fuimos a dormir", (p.102)
EL MUNDO REAL EN "El PASO DE LAS OLOMINAS".
El mundo real en este libro está desglosado en dos vertientes: La reinterpretación lírica de la naturaleza y la problemática so¬cial.

LA REINTERPRETACIÓN LÍRICA DE LA NATURALEZA:

El primer párrafo del libro comienza con una prosopopeya: "El camino de la escuela me persigue" (p.ll). Nótese que es el camino
quien persigue al niño y no a la inversa, la ruptura de la lógica más elemental se transforma en imagen poética.
"De aquí veo a las maestras que nos esperan y el alboroto que hacen mis compañeros, es como si fueran chicharras veraniegas aga¬rradas al maderonegro, cantando y cantando, en medio de chorros de orines" (p.ll)
El símil es bellísimo, integra la naturaleza virgen y la cotidianeidad del aula.

La descripción del “15 de mayo” resulta una acuarela bellísima en la que aparece de pronto una ruptura de sistema:
"Los caballos también pasan y marcan sus pasos entre las pie¬dras, echando babas con su hocico y boñigas por debajo de su rabo".(p.15)
Dentro del ritual religioso y carnavalesco y el colorido y las bombas, el mito y el símbolo patrio con las carretas y las bocinas, el comal y el café... se babean y defecan los caballos, y su acción sin ofender a nadie, remite a lo primigenio, a lo natural, al acto simplísimo de comer y defecar, que de cierta manera también tiene su poética.

LA PROBLEMÁTICA SOCIAL

A menudo se piensa que la problemática social en un libro remite únicamente a la congoja, a la discriminación de las
clases más desprotegidas, a la humillación de la raza humana y de la patria... sin embargo desde el humor, la ironía, el sarcasmo y la poesía se puede abordar también la problemática más compleja. De las opciones anteriores el autor que analizamos escogió la lírica.
"Hoy también tengo que ir a la escuela pero no quiero ir porque no tengo zapatos", (p.12)
Con una pincelada pequeñísima el autor se refiere al Día de la Madre, y dentro de él lo triste que resulta esta fecha para un niño huérfano.
"Enrique, aquel negrillo, no canta porque dice que no tiene a quien cantarle", (p.13
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El amor de los años infantiles, los pleitos, los conflictos es¬colares, la amistad, la vida en toda su pluralidad aparecen dibuja-dos en trazos sencillos, pero esenciales.
"Felipe es alto y de dientes grandes, peleón hasta con su sombra y siempre anda solo por las calles".
"Nadie quiere a Felipe, el buscapleitos de la clase. De cerca es Felipe, de lejos Felipón". (p.22)
"Ayer, cuando fui al lavatorio, me asomé por la ventana. Ella también se arrimó y pegó sus labios al vidrio. Inmediatamente yo hice lo mismo para sellar nuestro noviazgo, aunque nada más. Nunca nada más. Fue bastante", (p.25)
Dentro del lirismo del lenguaje, contrastando con la aparente vida paradisíaca del campo, como una manchita en el cuadro y en la vida rural y religiosa, aparece la infidelidad, el señor Juan Calan¬dria tiene una amante, una querida, otra mujer diferente a la esposa.
"Me asomo por las rendijas de la palma y ¡Ay Dios!, Qué veo!, las tres Marías (en ese tiempo casi todas las mujeres se llamaban María) María Burra, María Brincos y María Pío, bailando cumbia, más Juana Gurbia, la querida de Juan Calandria, con ganas de pelear con la Donata". (p.15)
Para nadie es un secreto que cada autor, por lo menos si es auténtico, es portador de un estilo, de un determinado presupuesto estético, una sensibilidad peculiar. Me llamó poderosamente la aten¬ción la forma en que Marcos se acerca al tema de la muerte en un libro destinado al lector infantil.
"Los días lloran y el aire se entristece..." (p.18)
Excelente uso de la prosopopeya, no es la gente la que llora, son los días, de manera que siendo la frase una contraposición, de¬viene en imagen poética. Y más adelante continúa:
"En mi clase siempre estaba Ramón, pero un día no volvió. Siempre había sido pálido pero hoy en la caja estaba peor".
“Ramón está tieso" (p.18)
La fatalidad de la muerte de este niño aparece in¬crustada en la poesía de lo cotidiano, con una naturali¬dad asombrosa, como el simple acto de salir u ocultarse
el sol.

Probablemente el mérito más grande de este libro esté en la ma¬gistral interiorización del paisaje en los seres que lo habitan.

EL GLOSARIO:

Dentro del género infanto-juvenil, al que pertenece "El Paso de las Olominas", es frecuente que el libro, sin importar si se trata de una novela, un poemario, un libro de relatos o de ensayos... venga acompañado de un glosario al final para ayudar a los lectores a re-lacionarse con algunos términos folclóricos o científicos que pudie¬ran prestarse a confusión. Algunos textos de literatura infantil que se encuentran hoy por hoy en las librerías costarricenses y que po¬seen un glosario al final son: "Mulita Mayor", de Carlos Luis Sáenz, Editorial Costa Rica, 2006. "Machacando Almendras", de Eric Conde, EUNED, 2007, "Abecedario del Yaqui", de Rodolfo Dada, Editorial Le¬gado, 2003, "Si ves un monte de espumas", de Ana Garralón, Editorial ANAYA, Madrid, 2000, y "Te regalo una montaña", de Anabelle Madden, EUNED, 2010, entre otros.

Autor de la crítica:

Eric Conde.
Licenciado en Filología Universidad Central, Cuba.

Posee posgrados en Narratología y Crítica Literaria.
Mención Honorífica del Premio Latinoamericano CASA DE LAS AMERICAS. 2002.
Mención Honorífica, Premio Iberoamericano de Narrativa, México, 2009

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