Y FUI MAESTRO*
II PARTE
(Fragmento)
Un fin de semana que pasaba en casa de mis padres, se acercó papá y me dijo:
-Muchacho, ¿cómo van tus alumnos?
-Aprendiendo..., aprendiendo, -le contesté-. Sólo que de donde me deja el bus a la escuela es muy largo.
-Si quieres te puedes llevar la bestia.
-Está bien, perola dejo en Mollejones, donde Jorge Díaz. Allí tomo el bus.
-Usted sebrá lo que hace -me dijo-, pero la cuida bien porque vale más de mil sin tomar en cuenta el apero.
Al día siguiente, ya en la bestia, tomé otro camino; me fui por la orilla del río Pacuar hasta llegar a Cristo Rey. El mismo Marcial, Presidente de la Junta de Educación, me alquiló pasto y no hubo ningún problema.
(Continúa)
*Y FUI MAESTRO, libro publicado en el año 2004 con la Editorial Kamuk. Dibujo de portada de Rodrigo Araya Nararro (ARANA), pintor generaleño.
Formación del cantón de Pérez Zeledón, Costa Rica.
Trino Montero en entrevista.
(Primer Jefe Político del cantón de Pérez Zeledón, Costa Rica)
Al frente de la casa de Trino Montero había dos almendros que daban frescura; de vez en cuando alguna hoja amarillenta se iba en viaje materno haciendo espirales y una pareja de collarejos buscaba la pulpa madura escondida en el follaje.
La conversación iba a empezar. Doña Marta puso la cafetera al fuego y luego preparó las tazas para servirnos café. Don Trino buscó su mecedora, se instaló en ella y empezó a hablar:
-El primer nombre que tuvieron estas tierras fue el de Quebrada de los Chanchos, por las numerosas manadas de chanchos de monte que había por acá.
“En ese entonces Santa María no era cantón y pertenecía a San Marcos; al convertirse en cantón, El General pasó a ser de Dota; al ver la riqueza de este suelo, el Gobierno de Costa Rica mandó a hacer un piquete con un grupo de hombres dirigidos por el General Guardia. Cuando el piquete estuvo hecho, se repartieron el terreno, al General le tocó lo comprendido entre el río Chirripó y La Hermosa. De ahí el nombre de El General”.
Interrumpió doña Marta para decirnos que el agua ya estaba hirviendo, luego don Trino continuó:
-Me casé en San José en 1914 y ese mismo día en la tarde nos fuimos para Puntarenas y tomamos la lancha rumbo a Uvita(1).
“Ahí permanecimos cinco días en compañía de mi suegro. Luego cogimos el camino a General Viejo. Duró tres días el viaje y San Isidro cuando eso, no existía; los bosques cubrían el suelo y los animales andaban tranquilos.
Vinimos porque mi suegro era el Agente de Policía de estos lugares nombrado en la Jefatura Política de San Marcos de Tarrazú. Era solo por un mes y ya llevamos más de 68 años aquí”.
En eso se acerca doña Marta y nos sirve el cafecito prometido, trae azúcar y una cucharita para endulzarlo. Don Trino bebe unos tragos y continúa:
-El Primer viaje a pie por el Cerro de la Muerte lo hice en 1916 y tardamos tres días a Santa María y uno más a San José.
“A la muerte de mi suegro(1929), que durante 30 años fue la autoridad, yo asumí la Agencia de Policía de La Quebrada de los Chanchos(15) nombrado también por el Jefe Político de Dota”.
-Don Trino, ¿cuál es esa quebrada?- interrumpí.
-¡Ay muchacho!, esa quebrada ya está toda alcantarillada.
Hizo un espacio, tomó otro sorbo y continuó:
-A mediados de l931 se reunieron en la casa cural el Padre Federico Maubach (alemán), don Gustavo Meza Henrish (chileno) Supervisor de Escuelas, don Enrique Tauer (ayudante del Supervisor), don Julio García, don Mercedes Valverde(16), don Andrés Monge, don Patrocinio Barrantes Vargas, don Joaquín Barrantes y don Mauricio Agüero. Yo llegué de invitado, pues pretendían encargarme, en calidad de autoridad, el levantamiento de un censo de población con el fin de impulsar la creación del nuevo cantón. Accedí, desde luego, y procedí al censo. Luego en otra reunión me encargaron ir a Santa María de Dota a conseguir el permiso para la segregación de este pedazo de tierra-.
De nuevo llegó doña Marta y nos ofreció rosquillas hechas por ella, estaban sabrosas y le pedí más para llevarme unas a casa, a lo que accedió con gusto pues se sentía orgullosa de ser buena cocinera. Don Trino sacó unos papeles y me dijo:
-El censo dio como resultado 3.564 habitantes. En cuanto a los centros de población, General Viejo era muy pequeño porque el río limitaba su crecimiento. Palmares había crecido un poco más y San Isidro llegaba solamente hasta Pedregoso. Eran ranchos diseminados con techo de palma real y horcones ladrados a mano.
“Reuní a la Municipalidad de Dota y de entrada no aceptaron mi proposición, pero yo insistí haciéndoles ver la distancia tan larga de Santa María a la poca población de estos lugares y por lo tanto, lo reducido de las entradas económicas para Dota.
Entonces los munícipes acordaron considerar la petición, con la oposición de Jeremías Ureña, el único que se opuso rotundamente. Luego me citaron a otra reunión en la cual me dijeron: “Está bien, damos el permiso, pero con una condición: nosotros le ponemos el nombre al cantón y a los distritos. El cantón, empezaron, debe llamarse Pedro Pérez Zeledón, que es un hombre muy distinguido y ha estado muy ligado a la zona (de Santa María de Dota). Al distrito primero se le debe llamar Ureña, en honor a la familia que fundó Dota. A Palmares, Daniel Flores , en honor a un gran maestro que trabajó en Santa María y el tercer distrito fue nombrado Rivas, en honor al primer cura que llegó a Dota”.
Aquí hace una pausa, se acomoda la camisa, su mirada la pierde en la lejanía y hace girar un poco su asiento.
-Firmé el acuerdo y al día siguiente vine para San Isidro con la buena nueva, así fue como nació el Cantón de Pérez Zeledón; el decreto de creación salió el 28 de noviembre de l931.
Hace otra pausa, se levanta de su mecedora, va y me trae una foto en blanco y negro donde se muestran algunas caras de esos pioneros, hombres de carácter fuerte y gran determinación.
-Mire, aquí en la foto están don Nazario Segura Madrigal, don Carlos Quesada Gamboa, y don Jaime Tabash Alice que eran los miembros de la primera Municipalidad de Pérez Zeledón, inaugurada el día 1 de enero de l932-.
Y continuó hablando del ganado que venía por el Camino de Mulas, del cabotaje de Puntarenas y Dominical, habló de mi abuelo Mercedes Valverde y hasta de mi bisabuelo Cornelio Monge… sentado en la silla, con la tarde deslizándose en la oscuridad y su señora sirviéndonos más café; los collarejos ya estaban durmiendo.
(1)Antes, para llegar a La Quebrada de los Chanchos (actual PÉREZ ZELEDÓN), no había siquiera un sendero por el Cerro de la Muerte. Había que irse de San José a Puntarenas en carreta, a caballo o a pie. Luego tomar un lanchón hacia el sur rumbo al río Grande de Térraba, pasando por Uvita y Dominical. Se dejaba la lancha en El Pozo (actual Ciudad Cortez), se continuaba en botes indígenas navegando río arriba, hasta llegar a El Lagarto, pequeño atracadero fluvial. Había que continuar a pie con dirección a Boruca donde había iglesia y escuela. El destino siguiente era Hato Viejo (actual Buenos Aires). Se descansaba y se emprendía la caminata a La Quebrada de los Chanchos teniendo que dormir bajo una enorme roca en Convento (esta historia se cuenta aparte). Al día siguiente se llegaba a su último destino, lo que después fuera San Isidro de El General.
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